sábado, 27 de junio de 2009

Memoria histórica: GUERNICA, si ¿Y CABRA?



Nota: Cabra es una localidad de la provincia de Córdoba, Andalucía, España.La antigua Egabro, llamada así después de la invasión de los musulmanes a la Península Ibérica, cuyos habitantes son llamados egabrenses, usando el prefijo del antiguo nombre de la localidad que después de la reconquista fue rebautizada con el nombre de Qabra. En enero del año 2008 contaba con 21.288 habitantes según INE. Su extensión superficial es de 227,54km² (22.754 ha) y tiene una densidad de población de 91,4 hab/km².Durante la Guerra Civil Española, el 7 de noviembre de 1938, día de mercado, la ciudad fue bombardeada por la aviación republicana. No se trataba de un objetivo estratégico, y la línea del frente se encontraba lejos. Las cifras oficiales fueron de 101 muertos, y más de doscientos heridos. (de Wikipedia).

Seguidamente se reproduce un interesante artículo de J. Tellagorri, del blog amigo: http://tellagorri.blogspot.com

El 7 de noviembre de 1938, hace setenta años, la actividad bélica en España se centraba en la batalla del Ebro. Sin embargo, sin relación alguna con aquella terrible lucha, un destacamento de la aviación republicana se encaminó hacia la población cordobesa de Cabra. Su intención no era atacar un objetivo militar sino descargar su ira sobre una población indefensa. De las bombas lanzadas por la aviación republicana, en aquella misión carente de justificación, una cayó sobre el mercado de abastos causando la muerte a mujeres, ancianos y niños.

Cuando los aviones republicanos se retiraron, dejaron tras de sí algo más de un centenar de cadáveres, es decir, una cifra de víctimas similar a la de Guernica. Pero Cabra no tuvo un Picasso que la pintara ni tampoco el mando nacional, ocupado sobre todo en ganar la guerra, utilizó propagandísticamente aquel centenar de muertos.

Hoy son contados los españoles que saben lo que, hace setenta años, sucedió en Cabra, pero lo peor no es su ignorancia sino el esfuerzo consciente para que siga existiendo.

Por ejemplo, a diferencia de Ibarreche con Guernica, Manuel Chaves, hijo de un militar franquista, no ha recordado a las víctimas ni tampoco ha exigido que Rusia pidiera perdón por proporcionar los aparatos que realizaron aquella misión.

Tampoco ninguno de esos propagandistas disfrazados de historiadores ha recordado que, a diferencia de Guernica, Cabra no tenía una fábrica de armas ni estaba en la zona del frente en medio de una ofensiva que explica el bombardeo. Tampoco, a pesar de que han pasado siete décadas, ningún pintor, ningún escritor, ningún escultor ha decidido levantar un recuerdo artístico a las víctimas del bombardeo republicano de Cabra.

Tampoco las televisiones extranjeras han aparecido por Cabra para escuchar los testimonios, reales o supuestos, de los egabrenses. Tampoco se ha proyectado en ninguna cadena un documental que recuerde aquel acto de barbarie que carecía de justificación militar.
Mucho menos se ha execrado al doctor Negrín, socialista y primer ministro, que sujetaba las riendas entonces del bando frentepopulista.Ni siquiera, a pesar de haber nacido en Cabra, la antigua ministra de cultura, Carmen Calvo ha recordado a aquellas víctimas a muchos de cuyos descendientes debe, sin duda alguna, conocer. Y es que, por enésima vez, ha quedado de manifiesto lo que es la mal llamada "memoria histórica".

Sólo el raquitismo intelectual de la izquierda y de los nacionalismos, el deseo de quedarse con importantes raciones del presupuesto con cualquier pretexto y la necesidad de agitar el odio para enfrentarse con los no "progres" acabó llevando a una alianza nacional-socialista cuya finalidad era volver a abrir heridas de antaño y condenar a la muerte civil a la mitad de España.
Para la izquierda y los nacionalismos no se trata de recordar - ¡cuánto desearían muchos que se olvidara el bando en que combatieron sus padres!- sino de crear una mentira propagandística impuesta sobre la población con todos los medios que, como siempre, pagará nuestro dinero.





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1 comentario:

Anónimo dijo...

Me alegro, FJ, que hayas publicado mi escrito sobre Cabra porque así se difunde más lo que siempre ocultan los sinverguenzas.
Y gracias por citar la autoría
Cordiales y tal