Zapatero mostraba ya en los últimos mítines la mirada trastornada y el rictus descompuesto de los líderes bolcheviques de provincias cuando amenazaban al enemigo y acusaban al traidor de impedirle cumplir con brillantez su plan quinquenal. Impotente, vierte odio y discordia por doquier. Es peligroso. Dentro y fuera pueden aprovechar su siembra quienes no nos quieren bien. Alguien debiera advertírselo. Pero dicen que Zapatero ya sólo escucha las voces que oye en su interior.
La “noche triste” del 7-J cuando las pantallas de Europa marcaban la derrota del PSOE, por vez primera en cinco años, ni siquiera tuvo la valentía de comparecer ante sus incondicionales; la desdichada Leire Pajín resultaba la culpable de todo y su campaña se calificó de desastre total.
Pero después del desastre parecen decididos a lo que en términos vulgares se dice “cantar la gallina” y empezando por reconocer la gravedad de la situación, tomar urgentemente algunas medidas económicas.
Un sentencioso y eficaz director de empresa les decía a sus colaboradores que no existen asuntos urgentes sino atrasados, lo cual se podría aplicar a la situación de la economía española cuyas medidas de salvación, no es que sean urgentes, es que vienen con un retraso de casi dos años; desde, por lo menos, la campaña electoral para las generales del 9-M-2008 se percibía la magnitud de la crisis económica que nos amenazaba; el famoso debate pre-electoral SOLBES / PIZARRO (21/02/2008) dejó muy claro que el gobierno entonces representado por el vicepresidente Solbes, no quería ni oír hablar de crisis, mientras Pizarro muy acertadamente, fue desgranando uno por uno los puntos débiles de nuestra situación y las amenazas que se cernían sobre nuestra economía. Los medios adictos al régimen, e incluso los menos adictos, dieron por vencedor del debate al vicepresidente aun cuando muchos observadores imparciales, entre los que me cuento, consideraron lo contrario. El tiempo ha colocado a cada uno en su sitio; Solbes ha pagado el pato y sestea en los bancos del Congreso y muchos se regodean reproduciendo cortes del famoso debate que pueden encontrar en you-tube; y ahora sí, reconocen que Pizarro tenía razón.
En el Consejo de Ministros del 12/06/2009, por fin se reconoce que la dureza de la crisis ha obligado al Ejecutivo a revisar sus desastrosas previsiones macroeconómicas; los gastos se han elevado mas de 36.000 millones de €uros por encima de lo presupuestado y, por ello, necesariamente el Gobierno se ve obligado a aplicar una subida en algunos impuestos indirectos, concretamente los impuestos especiales que recaen sobre el tabaco y la gasolina. Una subida del I.V.A. se considera inminente.
Cuando se confeccionó el Presupuesto de 2009 no se quiso abordar la situación real de la economía y se partió de unos supuestos deliberadamente falseados como acertadamente denunció la oposición votando en contra de su aprobación parlamentaria; gracias a oscuras maniobras de la peor política, los presupuestos salieron adelante con la complicidad de los nacionalistas y demás minúsculos partidos antinacionales.
Ahora, ¡a buenas horas!, en el Informe de Posición Cíclica de la Economía Española, el Gobierno pronostica un retroceso del Producto Interior Bruto del 3,6 por ciento para este año, frente al 1,6 por ciento que vaticinaba en el cuadro macroeconómico del pasado enero; y del 0,3 por ciento en 2010, frente al avance del 1,2 por ciento por el que apostaba el pasado enero. Ya están identificados los responsables del batacazo del 3,6 por ciento en la actividad prevista para el presente ejercicio. El consumo privado y la inversión, con caídas del 4,1 por ciento y del 14,1 por ciento respectivamente, entre otros factores, deprimirán la demanda nacional en un 6 por ciento.
Con todo, las previsiones han pospuesto hasta 2011 la recuperación de la economía española, año en que prevé un tasa de crecimiento -ésta sí- del 1,8 por ciento. Por tanto, los brotes verdes que se afana en ver y hacer ver la vicepresidenta económica habrán de esperar hasta 2011 para ver sus frutos. No en vano, el mercado laboral habrá de aguantar el tirón hasta ese año para retomar la creación de empleo, con un exiguo avance del 0,5 por ciento, según las últimas proyecciones del Ejecutivo.
Mientras, la tasa de paro se elevará hasta rozar peligrosamente el 19 por ciento en 2010, cifra que no obsta para que Salgado recalque que no se alcanzarán "ni de lejos" los cinco millones de parados en España. Ello a pesar de que el empleo caerá nada menos que un 5,9 por ciento este año y un 1,7 por ciento el próximo, batiendo todos los peores records de la U.E. Con todo, las previsiones contemplan un superávit de la Seguridad Social del 0,2 por ciento del PIB para 2010, del 0,3 por ciento para 2011 y del 0,5 por ciento para 2012
Entretanto, se acrecienta el varapalo de la crisis a las cuentas públicas. La previsión de déficit para este año rompe todas las quinielas optimistas y se eleva al 9,5 por ciento del PIB, frente al 5,8 por ciento inicialmente previsto.
En definitiva, sin elecciones a la vista, se reconoce que la crisis durará hasta el 2011, (¿dónde queda la cursilada ésa de los “brotes verdes”?) y que el paro seguirá elevándose.
Obsérvese que todas esta consideraciones y medidas se han comunicado y puesto en práctica exactamente CINCO DIAS DESPUES de las elecciones y que previamente a las mismas no se había jamás explicado a los ciudadanos la gravedad de la crisis. Han primado, por tanto los intereses electorales y de partido, si bien con escaso éxito, sobre el interés nacional. Esto es una traición sin paliativos a los sagrados intereses de ESPAÑA y los ciudadanos que con su dinero sostienen a sus dirigentes políticos.
Por todo ello, además de la preocupación que produce nuestra gravísima situación en sí misma considerada, causa verdadero pánico contemplar en qué manos tan irresponsables como tramposas se encuentra la gobernación del país.
F.J.
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