Seguidamente se reproduce íntegramente del blog de TELLAGORRI: (tellagorri.blogspot.com) el post que figura en el título.
El nacionalismo vasco afirma que siempre ha favorecido las libertades y los ideales democráticos. Sin embargo, en plena II Guerra Mundial, el “lehendakari“ Aguirre VIAJÓ A BERLIN, donde pasó cuatro meses tratando de buscar la forma de negociar un “PROTECTORADO “ vasco dentro de la futura Europa nazi que se da por segura en todas las cancillerías europeas.
El Euskadi Buru Batzar realizó un informe de respuesta a las propuestas nazis sobre la “cuestión vasca“, donde se revela la idea del PNV de que se cree una especie de “islote“ independiente en el Pirineo.
El texto dice:
“ Creemos en el talento político del Führer, en su sagacidad, en su alto espíritu de comprensión y esperamos que en el nuevo orden a establecer en Europa y particularmente en España, el problema vasco será tenido en cuenta:
1. Porque a Alemania le interesa la pacificación de España y no puede escapar a su recto sentido que no hay pacificación posible sin una solución favorable a los vascos.
2. Porque el problema vasco está íntimamente ligado al problema racial alemán y por lo tanto es lógico y natural esperar que el Führer lo acoja y lo resuelva con la mayor simpatía.
3. Porque nos damos perfecta cuenta de que las simpatías de Alemania en España están en decadencia, y por lo tanto es de extrema importancia para el Führer recoger y captar nuevas simpatías si no quiere perder toda su influencia en España“.
Por su parte, Aguirre escribe en su Diario :
“Hago el viaje con tres oficiales alemanes que venían de París. Amables y correctos. Llego a Colonia después de pasar la frontera a las dos y media. Tomo de milagro el tren a Hamburgo y dejo olvidada mi gabardina con la precipitación. En la frontera, concesión y facilidad. Viajo hasta Hamburgo con un simpático oficial de la Marina condecorado con las cruces de guerra. Sabe francés y me viene muy bien de intérprete. Llego a Hamburgo a las nueve cincuenta“.
De esta manera tan gráfica relata el lehendakari provisional vasco, José Antonio Aguirre, su entrada en Alemania, el corazón del imperio nazi.
Viaja solo en un tren, rodeado de simpáticos y amables oficiales nazis, sin ningún control de pasaportes, sin lentos ni molestos registros de las SS, la temida policía política y racial que dirige Heinrich Himmler, sin preguntas ni interrogatorios incómodos, sin la más mínima molestia.
El DIARIO de Aguirre entregado a la Biblioteca del Congreso de Estados Unidos el 14 de octubre de 1954, es sin duda el mejor documento para conocer sus actividades en el país más vigilado del mundo.
El documento revela cómo uno de los hombres supuestamente más buscado por las SS y el franquismo campa por sus respetos en Berlín y Hamburgo. Se entrevista con los embajadores de Venezuela, Argentina, Panamá y Santo Domingo, naciones todas ellas proclives al Eje.
Intenta hacer un viaje de negocios a Grecia. Visita las embajadas de Yugoslavia y Hungría y hasta interviene en la venta de unos barcos panameños, surtos en el puerto de Amberes, a las autoridades nazis.
Con 115.000 francos en el bolsillo asiste a solas a misa todos los domingos, incluso a una de ellas por el alma de Alfonso XIII, fallecido en esas fechas; almuerza y cena en restaurantes públicos frecuentados por la Gestapo, asiste a obras de teatro y de ópera, a conciertos tanto en Berlín como en Hamburgo, se cruza con el embajador de España en Berlín Eugenio Espinosa de los Monteros y el corresponsal de ABC y falangista Jacinto Miquelarena, a los que conoce, sin temor a ser descubierto, y hasta tiene la osadía de cenar con los diplomáticos franquistas, entre ellos Méndez VigoEl diario constituye, por tanto, la principal fuente de documentación que existe para conocer cual era el pensamiento del big boss provisional de los vascos en una Europa nacionalsocialista.
¿Qué piensa el lehendakari de los nazis? Leamos lo que escribe el mismo:
27 de marzo de 1941. He comido solo. Después, casi instintivamente, he dirigido mi paseo hacia las avenidas que van a parar a Unter den Linden [el lugar habitual de las grandes manifestaciones nazis] por si veía algo. Y, en efecto, poco tiempo después de cruzar por el monumento de la victoria he visto pasar al ministro de Exteriores japonés Oosuke] Matsuoka, precedido y seguido de gran acompañamiento. Iba con él el general [Hiroshi] Oshima. He llegado hasta la chancillería donde un numeroso público esperaba la salida de Hicler y el ministro japonés después de su entrevista. Ha durado dos horas y media. He esperado, firme en pie, con intenso frío, el momento.
Salen al fin Hitler, Ooachim van] Ribbentrop y Oshima. Yo estaba a 50 metros. Tenía en mi mano unas banderolas nazis y japonesas que nos han repartido «gentilmente» unos miembros de las SS. He disfrutado mucho [sic].
30 de marzo de 1941. Hoy me he quedado sin misa. He pasado una noche extraña -con sueños- cosa que no es corriente en mí. Total, que entre la noche desvelada y el sueño tardío se me pasó la hora de la misa. He ido a la iglesia por la tarde. Dios me habrá perdonado esta involuntaria infracción del precepto. Envidio a los que se despiertan cuando quieren. Yo no puedo, duermo demasiado bien.
8 de abril de 1941. Sigo leyendo a Unamuno y termino la obra de Antonio Ferro sobre [António de Oliveira] Salazar, el dictador portugués. Interesante figura [sic] la de Salazar que siempre me ha atraído por su honestidad y recio carácter. Se podrá no compartir sus ideas pero se comprende bien que ciertos procedimientos de Gobierno sean necesarios (sic) en algunos países tumultuarios. (...) De Salazar he oído hablar bien, hasta a sus propios adversarios. Es un mérito.
11 de abril de 1941. Hoyes viernes santo. He leído y meditado el Evangelio de san Lucas y los libros del Éxodo y el Levítico. (...) He procurado guardar el ayuno dentro de la limitación de las circunstancias. He paseado por la tarde llegando hasta la capilla donde oyen misa los elementos de la embajada española y las «mujeres» de las embajadas y legaciones de América.
19 de abril de 1941. Durante la mañana leo el Libro I de los Reyes. Termino también el libro El Fascismo de [Pietro] Gorgolini. En resumen, flojo a pesar de que el prólogo de Mussolini diga que es lo mejor escrito hasta 1921. Después han sido publicados mejores trabajos, aun cuando la conducta merezca los calificativos más duros.
20 de abril de 1941. Santo de Aintzarne [su hija mayor]. ¡Cuánto me acuerdo! Aquí festejan el santo de Hitler.
El país más vigilado y seguro del mundo abre las puertas al lehendakari vasco.
Por José Díaz Herrera
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