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Desde que en las pasadas autonómicas de Navarra el Sr.Sanz perdió la mayoría absoluta y tuvo que admitir la abstención del PSOE para investirse presidente, la suerte estaba echada.
Muchos pensamos entonces que la solución correcta no era la adoptada dado que su presidencia quedaba en manos del chantaje socialista; no ha sido necesario que transcurran muchos meses para comprobar lo que en estos días se ha producido.
Si Sanz hubiera tenido el valor de convocar nuevas elecciones para consolidar esa mayoría que tenía casi en la mano, le faltaba un diputado nada mas, en estos momentos no se estaría ante una grave crisis institucional en Navarra.
La ruptura en dos de las fuerzas españolistas y nacionales, que no nacionalistas, augura un futuro desastroso para el mismo UPN y también para el PP ; la división de ambas formaciones perjudicará a los dos partidos que junto con el residual de Juan Cruz Alli (¿alguien lo recuerda?) verán reducidas sus fuerzas en beneficio de los anexionistas vascos y de los impredecibles del PSOE. Los intereses en juego son enormes:se trata de repartir una tarta muy apetitosa de una de las comunidades más prósperas de España, si no lo es la mas próspera de todas.Y no solamente se trata del reparto de carteras, prebendas y demás sinecuras que lleva aparejado el poder. En el caso de Navarra es mucho mas; se trata de la integridad de la españolísima Navarra.
Pero ¿qué conclusiones podemos sacar de aquí?
La primera de todas la falta de escrúpulos de Sanz para traicionar y hacer saltar por los aires los pactos firmados con el PP.
La posible pérdida de todas las sinecuras que lleva aparejada su presidencia si el PSOE planteara una moción de censura pesa más que la lealtad institucional.
El abandono de los intereses de los navarros y su substitución por intereses y egoismos personalistas.
Finalmente qué decir de las maniobras mafiosas del PSOE haciendo “ofertas que no podrán rechazar” al Sr. Sanz y sus compinches.
Y por último, aunque no menos importante, queda por ver la reacción final del Sr. Rajoy; aunque nadie duda que estará a la altura de las circunstancias y mantendrá con firmeza los principios y valores de sus partidarios.
(fj-lasideasdejeugenio.blogspot.com) Madrid, 12 de octubre de 2008
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