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Pero lo cierto es que llevamos unos días en los que los mercados han expresado su desconfianza hacia España, y el dinero, cauto hasta el temor puro y duro, decidió salirse de las principales empresas. Una caída del Mercado Continuo del 5,5 por cien, llovida, además, sobre mojado, no es ninguna broma. Que Santander caiga un 7%, Banesto un 5%, Sacyr un 10% y así sucesivamente, nos da una idea de la magnitud del problema. Y digo problema porque estas caídas son consecuencia de una percepción acerca de la capacidad de España como deudor.
Es que de eso se trata. Como insistimos ayer en artículos muy claros, nos endeudamos hasta las cejas en los momentos llamados de auge económico basándonos en el dato circunstancial de que, por la unificación obligatoria de los tipos de interés impuesta por el UE, nosotros, con tasas de inflación mas altas que Alemania, disponíamos de tipos de interés real negativos. Y no usamos el dinero en lo que convenía: modernización real del aparato productivo. Y ahora tenemos la deuda y un ingente problema: el mercado inmobiliario, que fue convertido en remanso absurdo del excedente financiero de caja, sin reparar en la obligación de restituirlo. Porque no me canso de insistir en que se trata de que juzgan nuestra capacidad de devolver la deuda del sector público y del privado. No olvidemos esta conjunción. No sólo se trata del Estado, sino de la economia en su conjunto. El Estado lo tiene claro: mas ingresos y menos gastos. Claro y, al tiempo, difícil. Ese es el problema. Se sabe lo que tiene que hacer y se conoce lo difícil que resultar ejecutarlo. Grecia se ha convertido en un escenario elocuente de los desórdenes sociales que generan las austeridades obligatorias después de los faustos injustificados. El año que viene tenemos elecciones municipales y al siguiente, si se aguanta, las generales. Un clima social revuelto presagia comportamientos electorales difícilmente predecibles. Y al final, al poder, y a la oposición, le interesan las cuentas públicas, pero sobre todo sus cuentas privadas, y estas se miden, al menos ellos las miden, en votos, porque el voto es el instrumento para alcanzar el poder. Así que no nos olvidemos de que los analistas internacionales no desprecian estos datos de los momentos políticos de España.
En este sentido al reunión obligatoria, escenificada con tintes de tragicomedia, entre Zapatero y Rajoy no creo que ayude mucho, salvo a confirmar algunos aspectos de este discurso. La prensa quiere convertir a uno en rehén del otro. El Presidente pidiendo ayuda al líder de la oposición. No se dan cuenta, quizás, de que la percepción ciudadana refleja falta de confianza en ambos. Justificada, desde luego, la que afecta al Presidente, porque dispone del instrumento de gobernar y no han sido capaces de adoptar medidas. Menos comprensible, en el plano de lo racional, la que se dispensa al líder de la oposición, puesto que no ha gobernado. Pero se cree que espera impasible al desastre como instrumento que le convierta en ganador y eso no gusta. En fin, un escenario que ya conocemos.
Pero las dudas no afectan sólo, como digo,a las cuentas públicas. Ayer mismo, en una cena, comentábamos la situación del sistema financiero. No la conocemos porque se producen constantes “ajustes” en la normativa del banco de España que impiden una apreciación cabal de la situación real. Siempre dije que el papel del Banco de España en esta crisis acabará por clarificarse poco a poco, tanto en cuanto a su génesis como su condición de instrumento político para el manejo del sistema financiero. Pero mientras esto sucede, nos mantienen en una ignorancia que puede resultar peligrosa sobre lo que sucede con nuestro sistema de crédito y pagos.
Me contaban que el problema reside en las cajas mas que en la banca. Al menos en cuanto a fotografía de momento. Porque, y si es cierto este dato resulta mas bien alarmante, el porcentaje de créditos concedidos directa o indirectamente al mundo inmobiliario sobre el total de activos prestados es en el caso de las cajas siempre superior al 60 por 100. Volví a preguntar varias veces por esa alícuota y en todas ellas la misma respuesta. Si es así el panorama es efectivamente complicado. Como no pueden apelar al capital privado, ni creo que consiguieran mucho dinero en estas circunstancias, las Cajas buscan fusiones para intentar solventar el problema
¿Por que lo arreglan con fusiones? Porque de esta manera les llega dinero del FROB a medio/largo plazo y a tipo de interés fijo del 7 por 100, mas o menos. Así que la fusión sirve para captar dinero del Estado, es decir, nuestro. ¿Que ocurre si, por ejemplo, el coste de la deuda se dispara por encima de esa cifra? Pues que el Estado, si no lo repercute, perdería dinero. es decir, mayor problema…. Pero según algunos interlocutores la posibilidad de que las cajas, al menos muchas de ellas, devuelvan ese dinero prestado por el FROB es mas teórica que real. Si su negocio recurrente, el del diario, el de todos los días, no les funciona, difícilmente podrá devolverlos. Además, parece que el grueso de lo que reciban va directamente a coste de jubilaciones…Así que ahora se trata de una práctica que no resulta demasiado extraña en problemas que buscan soluciones políticas: salir del paso sabiendo que desplazamos el problema en el tiempo, y los problemas financiero, si se quieren solucionar a base de esconderlos o dilatarlos, suelen regresar con dimensiones mayores.
No se. Si repasáis los inicios del blog, el antiguo blog, cuando escribíamos sobre esto, muy pocos podían entender que mas tarde o mas temprano algo parecido a una crisis del euro se presentaría como un inevitable lógico. Era tal la propaganda consumida que muchas mentes acabaron por aceptar eso que yo llamo patrones del pensamiento. Fue uno de esos ejemplos en los que el poder de la inducción funcionó con mayor eficacia. A nadie le gusta que entremos en crisis de deuda ni que tengamos que abordar las graves consecuencias de crisis monetaria. Pero tampoco nos gustan muchas otras cosas y nos vemos obligados a convivir con ellas.
Y, mientras tanto en el PSOE madrileño se pegan entre si, en una guerra civil nacida en momentos de tragedia financiera. En el PP, al menos en la superficie, las aguas calmas. Y la gente asustada, realmente asustada. Al menos esa sensación de me da. Los que tienen información, tienen susto -como dicen los niños- porque con los datos que manejan concluyen que la situación puede empeorar. Los hay que interpretan los datos de diferente manera, claro. Los que carecen de esta información basan su susto en la intuición, y en que comienzan a ver problemas que no imaginaron en demasiados hogares. Y ese estado de desconfianza es de lo peor que se despacha si se quiere salir de la crisis. La pérdida de credibilidad de la clase dirigente, política y financiera, es pésimo augurio para solucionar los problemas. Ya sé que a muchos no les gusta nada que analicemos los aspectos negativos de la situación. Que preferirían que pusiéramos sobre la mesa soluciones mágicas. Que les gustaría que el Gobierno tomara medidas, que los alemanes no recelaran del Sur de Europa, que los mercados no especularan, que el dinero que llegó se hubiera invertido bien, que no tuviéramos un stocks de viviendas invendibles…A mi tambien, desde luego, a mi tambien.
Como colofón, atención al comentario de I Landero que transcribo ahora por su importancia referido a lo que publica un diario alemán. El periódico Die Welt de hoy 5 de mayo, trae esta noticia, que transcribo :
“ Los euroescépticos quieren parar las ayudas alemanas a Grecia : para ello confían en el Tribunal Constitucional alemán .
Este viernes, el euroescéptico Joachim Starbatty, junto con otros profesores universitarios, van a intentar parar las ayudas alemanas a Grecia, utilizando para ello la vía judicial, acudiendo al Tribunal Constitucional. En su opinión, tales ayudas van en contra del Derecho comunitario y también chocan con la Constitución alemana. El Gobierno alemán se toma muy en serio este contraataque de los euro-escépticos.
Starbatty, el famoso economista, junto con otros cuatro profesores, quiere paralizar judicialmente las ayudas a Grecia, o por lo menos evitar que se repitan transferencias millonarias de este calibre. Starbatty dice que en realidad no se trata de ayudas a Grecia, sino de ayudas a los acreedores de Grecia.
Starbatty no es ningún desconocido para el Tribunal constitucional alemán.Ya en 1998 presentó ante el TC un recurso contra la introducción del Euro en Alemania. Aunque perdió ese pleito,sin embargo en 2008 volvió a recurrir ante el TC, esta vez en contra del Tratado de Lisboa. Y este último recurso tuvo éxito en parte. Y ese antecedente le daría también la razón ahora, porque la ayuda alemana a Grecia vacía al Parlamento alemán de sus competencias, ya que la Euro-Zona amenaza con mutar y transformarse en una Unión de Transferencias, en la cual los Estados sólidos respondan de las deudas de los países mal administrados.”
www.marioconde.org
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